Autobiografía

Autobiografía
(traducción del original escrito en alemán)

“Nuestra familia era grande; mucho trabajo en el campo y en la casa. En el año 1930 los padres con toda la familia fueron echados de la casa y no les fue permitido llevar nada. Por cierto muchas familias estaban así. Fuimos cargados en un vagón de ganado y todos transportados hacia el gulag. Ahí teniamos que trabajar en el bosque cortando árboles y trabajándolos de diversas maneras. Muchas personas encontraron allí la muerte por total miseria, hambre y aflicción. Luego de 7 años me vino la idea de visitar la antigua patria puesto que todavía tenía allí abuelos y dos hermanas más jóvenes. Mis padres me lo permitieron y así llegué el 16 de julio a la aldea y cuidé a mi anciana y enferma abuelita. Muchas personas ya no estaban más; uno tampoco necesitaba preguntar donde estaban. 

La casa paterna estaba derrumbada. La iglesia tenía solo las paredes, sin las ventanas y sin las puertas, mi corazón sangró con esa visión. Y luego de dos meses vino nuevamente la espantosa hora: a la mañana muy apresuradamente, el 16 de septiembre fui sacada de la cama y llevada como un animal salvaje. En la municipalidad ya había tres como yo y de otros pueblos. Luego fuimos apilados en una oscura maquina y a unos 40 km de Odesa, puestos en prisión y después de dos semanas salió enviado un gran tren a Dalnivostok Amurz. El viaje duró 53 dias y yo estaba tan débil y enferma pero la mano todopoderosa de Dios era más fuerte que mi enfermedad. Fuimos separados unos de otros para diferentes lugares en un bosque muy espeso para talar árboles allí. Luego a cada uno le dijeron cual sería su trabajo. A mí me dieron 8 años, pero no siempre en un mismo lugar; donde eras conducido debías ir: por tanto a muchos campos de concentración y cuando los ocho años estaban cumplidos me dijeron que cuando desde Moscú llegara el permiso entonces me dejarían ir y luego de un año y dos meses fui liberada y luego de un viaje de 14 dias llegué a Buguruslán. Esos nueve años no fueron vida humana sino un infierno sobre la tierra. Peligro de muerte, peleas, golpes, robos, blasfemias, etc. Uno debía contemplar y callar. Yo tampoco estaba sin pecado. Sometida bajo lobos amenazadores es imposible permanecer con vida pero sin embargo sentí siempre la gran misericordia de Dios de modo de pedir perdón por mis pecados puesto que Jesús también por mi murió en la Cruz. 

Durante la guerra vino mi hermana para trabajar en el ejército de trabajo. Una semana antes de mi llegada estaba también aquí mi madre con Magdalena y su hijo de 8 años, Anton. Ahora él tiene 60. Después de mucha búsqueda encontré trabajo como lavandera en el hospital donde trabajé por 22 años hasta jubilarme. Y así encontramos aquí otros ancianos fieles católicos. Nos reunimos para la oración común de tres ciudades: Buguruslán, Bochwitsne a 15 km y Otrad a 80 km. Así pasaron unos años hasta 1958 y 1959 cuando fue severamente prohibido reunirnos y en los diarios fue escrito a qué y con quien nos ocupabamos. Fui llamada delante de los grandes señores – se debía renegar de Dios y suministrar material sobre el pobre sacerdote Alexander; sobre cómo él había pervertido a la gente, etc. En nuestro hospital yo era considerada como la más grande delincuente. En la pared colgaba un gran cartel con la foto del mejor trabajador; de ahí se arrancó la mia. El médico director me mandó a llamar a su oficina y me gritó por puro odio: ‘tú nos has sido la verguenza para todo el personal. Mañana nos reuniremos todos, te pondremos en el medio de todos y tendrás que confesar cuan atrasada estás; que tienes  solamente ancianos alrededor tuyo y que les has leido diversos libros y canciones y demás cosas. Tú tienes que confesar que eso es pura fantasia y debes pensar que tipo de mancha pesa sobre ti 

Hasta un sacerdote habías invitado aquí que es un espía – y escribiremos todo eso en el diario’. Yo dije: ‘sí, pueden hacer lo que quieran, yo callaré y callaré. También Jesús calló ante Pilato’. Ahora bien, dijo él airado: Yo daré sin tu voluntad material para el diario; entonces puedes tú callar. Yo dije: yo también  puedo escribir sobre usted, cómo el padre Alexander cuando nos visitó por primera vez en el 1957 estaba muy enfermo. Y cómo por la súplica de Clemens Merk y Victor Frank lo visitaron (el médico) y le dieron una buena curación. Eso también lo puedo escribir. Luego de esta conversación él se calló. En secreto él me había causado mucho dolor, lo cual yo vine a saber más tarde. Después de un tiempo él se fue del lugar a otra zona y murió allí. Yo le perdoné todo y rezo por él; Dios es el juez. También yo soy una gran pecadora y quiero obtener perdón ante Dios. También nos debiamos presentar frecuentemente delante de las autoridades para convencernos de negar a Dios. Pero ellos no tuvieron exito. 

Ahora llego al final; todo esto es solo como una pequeña gota en el mar puesto que uno no puede escribir todo. Por favor disculpe mi mala, mala caligrafía. Las manos tiemblan y los ojos duelen y no sé si Usted podrá leer. 

Que maravillosos son los caminos de Dios! Ahora tenemos una iglesia y una casa parroquial; los sacerdotes nos visitan a menudo y son muy amables y quiera Dios protegerlos en su dificil trabajo. 

Ahora solamente el más cordial saludo y unidos en la oración al P. Carlos Miguel Buela y a la hermana Anima Christi y a todas las hermanas. Por favor recen también por mi. Solamente para terminar, el común saludo que ha permanecido vivo en Rusia: Gelobt sei Jesus Christus! in Ewigkeit!. Amen (Alabado sea Jesucristo! Para siempre!) 

06 octubre 1998, Buguruslán. María Fix”